La
Sociedad del Sagrado Corazón cuenta con grandes mujeres. Nos
disponemos a celebrar un año más la vida de una de ellas, Santa
Rosa Filipina. De su importancia
para
la Sociedad y su valor como persona sin duda hemos oído hablar. Por
eso se trata ahora mas bien de, a la luz de los momentos importantes
de su vida, pararnos un
momento
para encontrar qué vibra dentro de nosotros, cómo podernos
contagiarnos y contagiar la pasión por perseguir mi sueño de esta
gran mujer. Hoy parece casi de ingenuos hablar de sueños y desear
algo más complicado de lo normal, con lo complicado que de por si
parece estar ya todo.....
Volver
a pararnos a pensar en Rosa Filipina puede refrescar nuestros
planteamientos sobre la labor educadora:
¿Para
qué educamos?
Para
ser ciudadanos del mundo
Para
superar fronteras de todo tipo
Para
que los corazones de las personas se encuentren, más allá de
apariencias, culturas, generaciones, prejuicios,...
Para
mejorar el mundo....
¿Cómo
se puede educar sin la pasión de Filipina de perseguir imposibles?
¿Cómo se alimenta esa pasión? En su vida encontramos pistas
importantes:
Se
movía desde un profundo sentimiento que fue cuidando a lo largo de
su vida.
Se
rodeó de personas que eran apoyo para ella, que compartían sus
sueños, que le transmitían aliento y no desánimo (comunidad)
Se
armó de paciencia, contra viento y marea
Supo
ver a Dios más allá de lo que a ella le resultara conveniente o
inconveniente, aceptar lo que cada momento requería, incluso
valorarlo
Se
alimentó del deseo de contagiar lo bueno que ella había descubierto
Este
curso queremos pararnos especialmente a pensar en el valor que tiene
saber valorar y agradecer las cosas; Filipina tuvo que esperar
muchísimo tiempo para que su
deseo
se cumpliera, y podría no haber sucedido.
¿Cómo
viviría ella con esa larga espera, esa dedicación a otras tareas a
las que a lo mejor no se sentía tan llamada?
¿Cómo
vivir la gratitud en esos momentos?
¿Cómo
vivimos nosotros situaciones parecidas a estas?
¿Cómo
nos ayudan las personas que nos rodean y cómo les ayudamos nosotros
a ellas en nuestra tarea, que a veces puede resultarnos difícil,
incomprensible,
desagradecida....?
¿Somos
comunidad en este sentido?
Seguro
que sabernos lo importante que es valorar, agradecer y cuidar esta
oportunidad (que se confíe en nosotros para formar parte de un
proyecto entusiasmante aunque difícil, rodeado de gente valiosísima,
con alumnos que son corno diamantes en bruto,. ., pero ¿somos
conscientes de qué es lo que nos hace flaquear, y sobre todo, cómo
combatirlo?
¿Cuáles
son nuestros apoyos?
¿Cómo
vamos renovando nuestras fuerzas?
Mucho
animo a todos en esta tarea difícil pero llena de sentido, que no
caigamos que nos arropemos, que nos hagamos fuertes juntos. Estamos
en un proyecto precioso
!Valoremos
y agradezcamos!
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